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Anocheciendo

El pacto hechó raices, pero ninguna planta puede crecer en una tierra ceca, las raices no pueden desarrollarse en una ambiente que empezó a perder sus nutrientes, el agua que daba vida y fuerza a la misma, fue a su vez, la misma que la ahogaba. El sol radiante que despertaba sus flores, ya no asomaba y aunque ella se esforzaba por crecer, la realidad es que solamente estaba perdiendo sus fuerzas, bastaron unas pequeñas actitudes para que cayeran los primeros pétalos de sus flores, luego sus hojas, para desplomarse sobre la tierra sin volver a levantarse.


A veces muero de ganas por escuchar sus voces, saber que están bien y que aún me aman a pesar de todo, pero se que hoy es imposible, y así, como fué, tampoco lo quiero de vuelta, me queda aún muchísimo por aprender y madurar y se que a ella también... Esta vez, el amor puro y duro no pudo superar el frío y la oscuridad de la noche, solo espero que el nuevo amanecer, cuando tenga que llegar, sea bien brillante para los tres, aunque no compartamos el mismo sol ni el mismo cielo... Solo resta agradecer haberlo vivido, que haya sido tan intenso, que me haya demostrado que aunque en algún momento sentí imposible la capacidad de volver a amar, estaba equivocado, y que no solo fue volver a amar incansablemente a otra mujer, sino que descubrí un nuevo tipo de amor, uno que espero... Pueda volver a experimentar.



25. Februar 2019 23:36 0 Bericht Einbetten 0
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El atardecer

El sol del medio día ya había pasado hacía un rato, de hecho el color rosado de las nubes se volvía gris y el sol empezaba a ocultarse.

La costumbre, su fuerte carácter, su escazo temperamento, enlazada con mi personalidad emocionalmente inestable, insegura pero no facil de dominar hizo que los chaparrones se convirtieran en tormentas, torrenciales, hasta con fuertes truenos y relámpagos, lo que por momentos nos elevó tan alto, hizo de las caidas golpes muy duros y profundos... Seguro que hubieron muchos más defectos en juego, tanto de ella como mios, que hacían de nuestras peleas, incluso las más simples unas discuciones duras e hirientes, nos volvimos incapaces de conversar, de hablar, de comprendernos; se hacía imposible comunicar lo que sentíamos, de hablarlo sin llegar al choque, sin llegar a los gritos e incluso a veces, hasta los portazos.


Un asombro me despertó y un hombre que desconocía estaba surgiendo, un hombre que contestó con ira, gritos e impotencia a respuestas que estaba recibiendo, un hombre, que por suerte más temprano que tarde, me di cuenta que no quería ser, un hombre que estaba siendo dominado por emociones de frustración y enojo a respuestas que hoy siguen siendo incomprensibles para mi... Pero ahí me encontraba, despertando la peor versión de mi mismo, que ya de por sí nunca fue la mejor... Pero estaba empeorando y definitivamente no quería llegar más lejos. Así que de alguna manera terminé anulándolo, pero en ello, anulando el otro hombre, el verdadero yo, el hombre que esperaba a su novia en la parada, de sonrisa de oreja a oreja con bombones y sobrecitos de té con limón para sus resfriados invernales. No con esto le echo la culpa a ella, claro que no, de hecho ella parecía superar nuestras peleas de forma más simple, ella en cambio seguía corriendo a mis brazos con una gran sonrisa y ojos iluminados. Pero yo no podía y no es que no lo quisiera, al contrario, pero como dije anteriormente, a veces soy demasiado sensible frente a determinadas situaciones que se presentan en la vida y supongo que me fui apagando poco a poco, quizás no sabía sanar esas herídas que nos hacíamos, tan desgarradoras y profundas. Sentir que no podía abrirme del todo y solo podía expresar las emociones que ella quería oír y no las otras, porque terminaba mal. Y posiblemente ella también lo sintiera.


Así, entre turbulencias empezaron a surgir más dudas y más inseguridades junto a las que ya tenía, me empecé a sentir pequeño ante tal situación, ya sabía, que estas tormentas habían dejado de ser por lejos, las típicas discuciones de pareja, ya no era el miedo solamente a ser papá y las responsabilidades que eso conlleva, ya no era solo el susto de haber conseguido un trabajo en el que no me fui bien y tener que empezar de cero, estaba el susto de estar con alguien que soy incapaz de comprender y ella de comprenderme... Sinceramente, sentí miedo de seguir abanzando, no quería terminar la relación, ambos queríamos seguir intentándolo, de hecho lo hicimos muchas veces, cuando estabamos bien, creo que ambos nos sentíamos en el cielo, casi irreal, pero cuando se desataba la tormenta, y no eran pocas, nos llevabamos hasta a las propias puertas del infierno, un infierno al que estabamos así de cerquita, de cruzar sus portones.


Pero lo más importante acá, es que no estabamos solos, no era una vida de dos, sino de tres, ¡tres! Y lamentablemente estuvo presente en algunos de esos infiernos que desatabamos... Sí, nunca llegamos al contacto físico, ni a romper cosas, ni si quiera a insultarnos, pero sí había violencia, dolor y lágrimas. Y eso se trasmite, sobreotodo a una almita inocente, de un niño que no entiende la vida de los adultos, que a penas comenzaba a entender sus propios sentimientos y él, no tenía porque lidear con los nuestros. Así que viviendo de un amor, que creímos puro y suficiente, decidimos pactar, porque era mejor callar, que permitir a las llamas que abrazaban nuestros corazones al discutir, agarraran fuerzas.

25. Februar 2019 23:36 0 Bericht Einbetten 0
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La mañana

¿Quién soy yo?, la verdad es que sería muy impreciso, a pensar de que creo conocerme bastante bien, poder describirme de manera totalmente objetiva. Pero comenzaría conque soy algo tímidio e inseguro, aunque lo disimulo bastante bien lo cierto es que si me importa lo que los demás piensan de mi, quizás no todos, pero si las personas por las que tengo interés. Me cuesta ser pasional en todo lo que hago, suelo tener una energía neutral, por momentos más bien baja, y aunque si bien mi corazón suele mostrarse transparente, es imposible para mi compartir mis emociones más oscuras y negativas.

No estoy muy seguro que vio ella que le despertó tanto amor, quizás, solo es una chica emocionalmente apasionada cuando se enamora y eso para mi era el golpe de energía que me faltaba.


Un sábado a la tarde vino a casa, nos encerramos en el cuarto y la tensión estaba a flor de piel, no había ni que generarla, con besos se agito nuestra respiración, el aire tibo exalado de los pulmones agitados acariciaba labios, mejilla, cuello; los latidos se hacían fuertes y rápidos, el mio sonaba tambores golpeados con gran energía, el contacto físico sobre la ropa nos separaba demasiado, no podía dejar de apretar mis manos contra su cintura, cadera, múslos, piernas, no tarde mucho en quitar las pocas prendas que quedaban y tirarme sobre sus pechos, sus gemidos me acelraban, bombeando sangre con intensidad, y generando esa excitación que no querés esperar más por estar dentro de ella; ambos desesperados, me agarró y nos unimos... No era la primera vez que teníamos sexo, sin embargo, la confianza, la tensión y de la forma extrovertida en la que ya nos comunicabamos hizo de esa vez un lazo que parecía, jamás iba a romperse.


Allí fue cuándo me abrí a ella casi por completo por primera vez, me sentí un adolescente, inquieto, nervioso, contento a pesar de los casi 10 años que le llevaba. Esa tarde, desnudos y abrazados en la cama y la verdad, sin pensarlo mucho y la responsabilidad que traería. Le dije lo que esperaba de nuestra relación, que estaba muy bien a su lado y que sentía muchísima atracción, emocional y física; y aunque sabía su respuesta, decidí preguntarle si a ella le parecía buena idea llevar la relación un paso más adelante... 


No pasaron tantos días hasta que conocí al enano, a 2 cuadras de casa hay una placita infantil, allí apareció, de la mano de mamá, a penas pasaba sus rodillas en tamaño, la mirada al piso, algo tímida y seguramente algo recelosa. En ese preciso instante ni se me ocurrió el hombre en que tenía que convertirme... Y no, como era de esperarse, ese primer día, no fue un gran primer día _ "¿Quién carajos es este flaco que anda besuquéandose con MI MAMÁ?". Creo yo, que esa era la pregunta que urgía por su cabeza, aún así, por momentos se olvidaba y corría para cada juego que había en la plaza; era muy chiquititito, quería tirarse por el tobogan pero este era muy grande para su diminuto tamaño,  y también lo eran el resto de los juegos, pero su cara expresiva, como la de la madre, se veía asombrada entre tantos juegos y niños, obvio que no era su primera vez en una plaza, pero es un enano tan feliz que cada momento para él, era como una primera vez... Ese día ella y yo tuvimos que ser niños otra vez y ayudarlo a disfrutar de cada juego y de cada rincón que esa pequeña gran plaza ofrecía.


No fue una tarea fácil ganar su confianza, no, fue muy dificil, era muy mal enseñado, un pegote con su madre que había que separarlo con espátulas, yeguooo, como él solo... Aún así, no recuerdo bien como ni cuando... Seguramente no hubieron un cómo y un cuándo la verdad, sino que fue como una escala de matices y en algún momento nos hicimos amigos casi inseparables, obvio que ayudó una cosa, o quizás varias, yo estaba sin trabajo, la amiga que lo cuidaba las cuatro horas que aquella trabajaba, un día se le complicó, sus padres trabajaban todo el día y cómo no teníamos posibilidades de pagar una niñera; nuestra relación de pareja crecía a grandes pasos y al mismo tiempo la mía con el enano, y en algún momento de estos pensé, que quizás núnca me iba a ver como su papá, pero aún así, estaba decidido a que yo iba a dar todo de mi para que se sintiera amado y no me vea solo como la pareja de mamá sino un modelo de pasos a seguir (Aunque lo real, es que no soy el mejor ejemplo) pero al menos que tuviera un hombre para pasar las adversidades de la vida, un hombre en el que pueda confiar, contra cualquier indicación y de forma incondicional quería estar ahí,  para decirle "Sí, podes, subí a ese tobogan solito, que no te voy a dejar caer... Jamás". y él confió en mi, y subió con mi mano a penas sosteniendo su espalda para tirarse, esta vez sí, por primera vez solo del tobogan más grande. Así que decidimos que no era una mala opción que lo cuidara durante esas horas que ella trabajaba y era una buena idea para fortalecer el vínculo y de alguna manera acostumbrarnos a pasar más tiempo juntos.


Uno no se hace papá o mamá de la noche a la mañana no, uno tiene que aprender y aprender de golpe y hacer lo que mejor le sale, no sabía si iba a estar a la altura, un pibe; un pibe no, un hombre, sin trabajo, emocionalmente inestable y demasiado sensible para afrontar algunas situaciones de la vida. La primera vez que escuché decir papá de su propia boca, no estoy seguro en que momento fue, de hecho los primeros papá fueron meros intentos de manipulasión, evidentemente había una conexión fuerte y gran complicidad entre ambos, pero él sabía que yo era débil cuando mostraba su cariño, ciertamente no me dejaba embaucar a cada rato, aún así hacerse el dificil para conseguir un poco de su amor; al fin y al cabo que yo también tenía mis estrategias de manipulasión. Pero un día, ese papá se hizo muy real, y empezó a ser "papito" para adulterar mis límites y comprarme, y el papá... El papá ya se habia transformado en una figura, y la representaba yo. Me cuesta recordar el preciso instante que me di cuenta de lo que estaba pasando, y si ahora no reconozco bien las emociones que me generó en ese momento, si puedo contarles las emociones que tuve durante todo este período, miedo, creo que fue uno de las más fuertes, sí, y fue MUCHO, al lado de la pregunta - "¿De verdad puedo yo con esto?", cuando el miedo me daba un respiro, ahí aparecían, el orgullo de el sano, el amor,  la conexión, conectarme con un lado más humano y aprender a empatizar y ser comprensivo, a disfrutar de verlo sestear en mis brazos, de su alegría, de sus caprichos y enojos, de su intención por imitarme y también a calmar la frustración y el enojo propio... Tantas emociones que tuve que aprender a dominar que me tocaba ¡crecer o crecer!



25. Februar 2019 23:36 0 Bericht Einbetten 0
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Al alba

Cada historia comienza en un lugar insperado, en un tiempo poco preciso, con un recuerdo algo borroso para la memoria sobre su principio... Solo puedo recordar un bello día a principios de otoño, que posiblemente haya marcado uno de los momentos más fuertes de mi vida, y estaba tan lejos de si quiera comprender lo significativos que esos momentos iban a ser.


Lo cierto es que casi no tengo ni idea de como empezó, pero puedo iniciar por la primera vez que la vi, era verano, no era exactamente lo que había imaginado, preciosa, sí, no lo dudaría ni un segundo, pero no era exactamente como en las fotos de aquel facebook, ni si quiera como en aquellos, más bien breves mensajes poco entrañables que nos enviabamos.

Su energía aquella primera vez era más bien tímida y calmada, su sonrisa no dejaba entrever muchos sus dientes y aunque su mirada presentaba un brillo cálido y confortante, quizás, esa primera vez se mostraba algo nerviosa, más que yo, sin dudas... Aun así, la tarde fue como esperaba, las sonrisas se fueron distendiendo a medida que pasaban los minutos, el contacto físico en las charlas fue haciéndose cálido y cada vez menos extraño, admito tener cierta facilidad para conectar con las personas, pero ella lo hacía muy bien, tan natural, que no me costó nada perderme en el clima que habíamos generado; lo cierto, es que solo bastó un corto recorrido del sol para que nuestros labios se encontraran por primera vez, hoy lo llamaría "mágico"... Sin embargo, fue un simple beso, algo corto y con un ligero roce de  lenguas, y aunque fue el beso que dio inicio a un vínculo, que creo yo, no esperábamos, al menos no de esa manera tan intensa, no fue EL primer beso.


Su rostro dejaba marcar su mandíbula que caia en forma de trapecio al chocar con su mentón, labios gruesos que solía definir con un labial rojo intenso, una nariz algo grande y ojos de mirada apasionada, café oscuros, pero sumamente intrépidos y observadores, no tarde en darme cuenta como su mirada seguía atenta cada movimiento de  su entorno, reconociendo cada gesto que se hacía imposible el esconderme frente a ella. Pero traía consigo una particularidad muy especial y fundamental en esta historia, un niño; un niño de dos años y medio en aquél entonces, unos rulos castaños, una sonrisa enorme, sin dudas una particularidad que traia de la madre, al igual que su mirada, atenta, entusiasta, pícara y motivada por aprender de lo que había a su alrededor, y en su conjunto una nariz pequeña y perfécta en forma de botón, faltaría su foto para entender claramente porque despertaba la pasión en cada persona a la que se acercaba. Por su puesto, aún no nos habíamos visto y claro, él, ni si quiera conocía de mi existencia; solo hacía algunas varias semanas que su mamá y yo nos estabamos conociendo.

No puedo decir que era una historia de "En sueños", como muchos sabrán, ser mamá soltera y jóven no es una tarea fácil, no para una mujer que de verdad quiere darle lo mejor a su hijo, y ella, es de estas mujeres, algo inmadura en muchos aspectos, pero con unas maravillosas e indiscutibles intenciones de ser una gran mamá, que se notaba, aún en sus carencias. 

Así que en un principio nos veíamos más bien poco... Pero su energía para con nuestra relación se fue haciendo cada día más intensa, los mensajes por Whatsapp implicaban ya sentimientos, cariño, deseo, alguna que otra imágen de índole traviesa y pícara, y por su puesto las charlas se volvían más extensas, casi sin darnos cuenta, empezamos a aprovechar cada espacio para vernos unos cortos 15 o 20 minutos, cada día, cuando ella salía del trabajo iba a esperarla a la parada que cruzaba en su recorrido para al volver a casa.


Creo que la hacía muy feliz tener esos ratos juntos, cada día bajaba del omnibus, me veía y salía corriendo a saltarme en brazos, sí, de película, pero no les miento, era así cada noche, yo con un bombon en la mano y ella corriendo a mis brazos como si hubieran pasado meses sin vernos. Su energía y emoción era sumamente contagiosa, no había noche que volviera a mi casa sin una sonrisa, de esas, de "Oreja a oreja" que me habían dejado esos pocos minutos con ella. Aún así el tiempo se fue haciendo cada vez más escazo, queríamos pasar más tiempo juntos. Si unos pocos minutos de calidad, y las tardes del sábado juntos nos dejaban en lo más alto... ¿Cuánto mejor podríamos sentirnos si intentabamos pasar más tiempo juntos?... Así fue que me tocó tomar una de las desiciones más importantes que había tenido...

25. Februar 2019 23:36 0 Bericht Einbetten 0
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